Vamos con un tema estrella: Las autonosuyas. Otra vez refiriendo el pestífero buenismo rousseaniano, no pocos liberales de la derecha siguen diciendo que las autonosuyas tienen un fondo bueno; algunos balbucean que apoyaron el tema en Andalucía “por no ser menos que vascos y catalanes”.
Claro, claro. Por eso ahí que Albacete no es Murcia, Madrid, La Rioja o Cantabria no forman parte de Castilla y venga centralismo para los vascongados con la ikurriña, y lo que te rondaré morena.
Las autonosuyas jamás tuvieron intención alguna de romper el centralismo, sino de multiplicarlo por diecisiete y asegurar muy jugosas y burocráticas prebendas caciquiles, que es lo que ha hecho el liberalismo cada vez que ha tomado el poder en España, muchas veces en forma golpista, comenzando desde 1833.
Señores liberales: Dejen de quejarse de vascos y catalanes y vean lo que tienen ante sus narices, vean lo que tenemos gracias a su labor, en una transición que no fue otra cosa que la autodemolición consciente y progresiva del franquismo, en medio de un clima contaminado de miedo, terrorismo comunista y “estrategia de la tensión”, con un 23 de febrero nunca aclarado. Esa es la belle epoque que ustedes nos pretenden vender como ejemplar cuando es la causante-continuadora de nuestra ruina; ruina adobada de impuesto revolucionario que nos endilgaron al tener que soportar a los criminosos separatistas como llaves del ¿gobierno?
Podrían dejar de lamentarse con lágrimas de cocodrilo por un supuesto buenismo intencional que a estas alturas nadie se cree y asumir su horrenda responsabilidad, responsabilidad de una casta mediocre, en buena medida salida del franquismo, con nula visión política. Pero no, ustedes son incapaces de reconocer sus crasos errores y quieren seguir revolcados en el mismo fango y con ello, arrastrarnos a todos los españoles, porque siempre serán del partidismo sectario.
En cambio, nosotros somos de Reino/Patria y jamás hemos estado en componendas con la traición. Por más que les pese aquí seguimos, por la unidad de los españoles en una misma Fe y en una misma y legítima corona, sabiendo que después de un 1º de mayo terrible, vendrá un 2 de mayo más glorioso que el de 1808.
Marquês de Almedina