Nota de Prensa de la CTC en defensa de la infancia y la inocencia

(5/10/24. NOTA DE PRENSA) – El mundo de las ideologías modernas se ha configurado como el primer enemigo de la infancia y de la inocencia infantil. El individualismo liberal, fundado en el egoísmo, deja desprotegidos a los más débiles. Las ideologías totalitarias, utilitaristas, basadas en el miedo y el rencor, desprecian la inocencia y el orden social natural que se fundamenta en la familia.

Las prácticas anti-infancia toleradas por la ley, y las leyes que directamente agreden a los niños se acumulan una detrás de otra. Ya no es sólo que se acabe de forma inhumana con la vida de millones de vidas inocentes por el aborto provocado o la manipulación de embriones. Otras muchas realidades conspiran en contra de la salud integral de los niños.

Los niños necesitan de un padre y una madre, necesitan criarse en un ambiente de amor y seguridad. La destrucción y ridiculización de la vida familiar está en la raíz de muchos problemas. La sobreprotección de los menores tampoco es la solución pues el falso cuidado con pantallas, con una estimulación impropia de su edad o incluso con una alimentación desordenada está provocando un crecimiento alarmante del estrés infantil, problemas psicológicos, obesidad y miopía.

Preocupa especialmente el movimiento de la llamada “ventana de Overton” que trabaja sin descanso con el objetivo de ir normalizando la pedofilia. Noticias alarmantes, desmentidos sospechosos por los verificadores oficiales de bulos, discursos siniestros en boca de ministros o de oradores en la tribuna de la ONU, la misma ley nefasta del “sólo sí es sí”, hacen saltar todas las alarmas pues es sabido que hay fuerzas directamente satánicas que quisieran añadir una P (LGTBP) al movimiento aberrosexualista que se ha convertido en una de las falsas religiones oficiales del sistema.

Ante esta situación dramática, que refleja la decadencia de un Occidente apóstata, los carlistas hacemos un llamamiento a las familias, a los educadores, a los políticos que aún conserven algo de sentido común:

  • Reviertan toda la legislación que directamente atenta contra la vida humana inocente: aborto quirúrgico o químico, manipulación de embriones, vientres de alquiler…
  • Defiendan el valor sagrado del matrimonio y de la familia. Defiendan la estabilidad familiar con la ley acabando con la plaga del divorcio.
  • Dejen de menospreciar a la maternidad, a la paternidad y a las familias numerosas.
  • Protejan la inocencia de la infancia prohibiendo cualquier clase de pornografía así como la ideología de género.
  • Garanticen la libertad de los padres a la hora de elegir la educación que quieran para sus hijos.
    Persigan el oscuro negocio de la prostitución infantil, de la pederastia, o de cualquier forma de abuso a los menores.
  • Luchen en fin, por defender a toda costa ámbitos en los que se facilite la transmisión de los grandes principios que fundaron nuestra civilización cristiana: la fe, el amor a la patria, el servicio, el valor del esfuerzo, de la autoridad, de la solidaridad y el amor.

Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de la
Comunión Tradicionalista Carlista

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