Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo, desde que el ya Papa Emérito Benedicto XVI anunciase su renuncia a seguir sentándose en el Trono de Pedro, sobre los motivos que llevaron al entonces Papa a renunciar a la Tiara Pontificia. Mucho se seguirá escribiendo también sobre la personalidad de sus futuros sucesores, sobre las necesidades actuales de la Iglesia Católica y sobre el perfil necesario para que el nuevo Papa dirija los designios de la Iglesia en este tercer milenio. En todo ello habrá siempre una pequeña parte de verdad y un mucho de literatura barata producto de la fantasía de la prensa y de los que se autodenominan “expertos vaticanistas”. Sigue leyendo