Ya referimos que una de las modas liberales por excelencia es tomar la Historia como la oferta que más conviene de un supermercado y que por eso son dignos padres de los nacionalistas. Pues bien, en esta triquiñuela manipuladora y delicuescente, siempre estuvo de moda entre ellos el apropiarse de personajes históricos que, por otra parte, en absoluto se corresponden con sus mundos ficticios. El mismísimo Unamuno se remontaba hacia esas cosas con, por ejemplo, los Comuneros.
Se me viene a la mente una contradicción flagrante, y es que los liberales siempre han acusado de bandidos a los contrarrevolucionarios: Ocurrió en Francia, ocurrió en España, ocurrió en Nápoles y también en la Cristiada Mexicana. Sin embargo, ya hace muchos años, intentaron “liberalizar” el bandidaje mediante la figura de Curro Jiménez en la televisión. Lo real de aquella serie sólo era el nombre del bandolero, el resto, pura invención partidista con actores medianamente apañados. Sigue leyendo