Algo sobre el Yunque

Tengo que confesar que oí hablar por primera vez de “El Yunque” hará cosa de dos meses. Para mí hasta entonces, su significado no había pasado de ser algo más que un instrumento de herrería, una parte del oído interno y el apodo de un “bailaor” de flamenco. Mi ignorancia sobre cualquier otro tipo de significado que pudiese adquirir este instrumento era, y aún hoy es, casi absoluto.

            Todo empezó cuando un amigo carlista puso en cuarentena mi opinión sobre algún conocido común.

–          Ten cuidado, porque me parece a mí que ese es del Yunque… – me dijo.

–          ¿Y qué diablos es el Yunque?. – pregunté yo.

Tras unas breves pinceladas de explicaciones muy cortas, mi amigo hizo que surgiese en mi interior la curiosidad sobre el tema y sobre el perfil del “conocido” común. Cuando me senté en mi despacho me sumergí en esa terrible arma que es internet deseando ampliar mis conocimientos sobre el férreo instrumento y cuál no sería mi sorpresa que casi todos los enlaces que contenían la palabra “yunque” hacían referencia a las explicaciones de mi amigo. Sigue leyendo