El "delfín" de Fraga

Ya es ministro. Ya no llora. Ya no tiene esas rabietas de niño mimado porque le han quitado un caramelo de la boca o porque un niño mayor se ha comido su merienda en el patio del colegio. Ya no puede tirar de los bajos de la chaqueta de su mentor porque su mentor ya no está. El ojito derecho del difunto Fraga, (que Dios tenga en Su Gloria bien lejos de Montejurra…), ya ha llegado donde quería. Ya tiene su carguito. Ya puede ponerse el mundo por montera y legislar a su antojo porque para eso es quien manda en la Justicia española. Sigue leyendo