Era el día de San Clemente, 23 de noviembre, de 1248 cuando San Fernando recibía de los moros de Sevilla las llaves de la Ciudad en señal de rendición incondicional de la misma.
En el Al-Ándalus del siglo XIII las dos ciudades principales eran Córdoba y Sevilla. San Fernando III había tomado Córdoba en 1236. Fue entonces cuando el rey de Granada, Alhamar, acordó convertir su reino en feudo de Castilla. Desde entonces, se entendía que Granada era parte integrante de la Corona Castellana y enviaba sus huestes cuando se le requería para ello de la misma forma que enviaba procuradores a las Cortes castellanas que se convocaban.