Huérfanos ante las urnas

Reproducimos a continuación, por su innegable interés, el artículo que en el portal Infocatólica escribió Luis Fernando Pérez, su director, a raíz de la entrevista que Javier Garisoain, Secretario General de la Junta de Gobierno de la CTC, concedió a dicho medio y que reprodujimos en este mismo sitio hace unos días. Interesantes reflexiones -y muy convenientes precisamente ahora por la proximidad de las próximas elcciones generales en España- que compartimos con los lectores de nuestro blog. El artículo original puede leerse en este enlace: http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1110181022-huerfanos-ante-las-urnas

 

HUERFANOS ANTE LAS URNAS

De la entrevista que nos ha concedido al secretario general de la Comunión Tradicionalista Carlista caben deducir varias cosas. La primera de todas, se confirma lo que vengo diciendo desde hace tiempo. El voto católico en España no existe. Es el resultado de décadas de dejación por parte de la Iglesia en España -obispos, sacerdotes, religiosos y seglares-, que ha renunciado a que haya opciones políticas que defiendan su modelo de sociedad allá donde se hacen las leyes que marcarán, precisamente, el tipo de sociedad de la España del siglo XXI. La caída a plomo de la práctica religiosa en este país es un chiste comparado con la caída al abismo de la influencia de la cosmovisión católica en los partidos políticos con representación parlamentaria. El sistema partitocrático hace que los pocos políticos realmente católicos no pinten nada. Y eso no va a cambiar. Sigue leyendo

Política y caridad (y V)

Desde la aparición del “fenómeno liberal”, todos los Papas han querido orientar a los fieles católicos sobre la idoneidad del correcto ejercicio de la política y del poder político. Ya hemos visto los argumentos de Papas como Gregorio XVI, Pío IX, León XII, Pío X y Juan XXIII. El propio Pablo VI, en su “Octogésima adveniens” manifestaba que la política es una actividad en la que se exige vivir el compromiso cristiano al servicio de los demás.

            Por su parte, el Beato Juan Pablo II a propósito del Jubileo de los Gobernantes, Parlamentarios y Políticos mantenido en Roma los días 4 y 5 de Noviembre del año 2.000 ante 17.000 parlamentarios y gobernantes provenientes de 94 países no dudaba en afirmar que el cristiano que actúa en política, (y quiere hacerlo como cristiano), ha de trabajar desinteresadamente, no buscando su propia utilidad ni la de su propio grupo ó partido, sino el bien de todos y cada uno de los gobernados utilizando para ello la justicia como preocupación esencial. El espíritu de solidaridad, (que no es otro que el propio concepto de Caridad), es el único freno a la búsqueda de poder político y riqueza económica en un mundo globalizado que tiende a desentenderse de toda consideración moral, asumiendo como única norma la ley del máximo beneficio. Para ello es fundamental que la ley positiva, (la del llamado poder “legislativo” del Estado) no contradiga nunca a la Ley Natural, al ser ésta una indicación de las normas primeras y esenciales que regulan la vida moral. En la base de los valores no pueden estar provisionales y volubles “mayorías” de opinión, sino sólo el reconocimiento de una Ley Moral Objetiva que, en cuanto “ley natural” inscrita en el corazón del hombre, es punto de referencia normativa de la misma ley civil (Encíclica “Evangelium Vitae”).

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Casta política y participación electoral

Lo acaba de revelar una encuesta: el 55% de los andaluces no votará en las próximas elecciones municipales. El sondeo, elaborado a encargo de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía, pone sobre el tapete además los motivos de este desinterés por los comicios: “incumplimiento reiterado de las promesas políticas y la falta de compromiso para resolver los problemas reales de la ciudadanía”.

Que esto suceda a estas alturas de la película no resulta ninguna sorpresa. Que a la clase política que vive a cuerpo de rey a costa de los votantes le da igual lo alta que sea la participación tampoco. A nuestros políticos no les preocupa la “legitimidad” que puedan obtener del pueblo para su elección sino, sobre todo, estar en los centros de poder y decisión, en los que además se reparte el dinero público.  

Cuando se convocó el referéndum para el nuevo Estatuto de Andalucía, que no votó prácticamente nadie, los asalariados de los partidos insistieron en que se había aprobado por “amplia mayoría” (mayoría de los que votaron, claro) y que, por lo tanto, eso era lo que “quería el pueblo”. Ignoraron deliberadamente que a más del 63% de los andaluces no le había dado la gana de ir a votar el Estatuto que se guisaron y comieron solitos PSOE, PP e IU en el Parlamento autonómico.  Sigue leyendo

A vueltas con Blas Infante

El pasado día 5 del presente mes, la parafernalia oficial andalucista representada por los principales partidos políticos se reunió en el Parlamento autonómico para volver a glosar la figura del notario separatista. Como “celebrar” la efemérides de su muerte el día 10 de agosto viene muy mal porque los políticos están de vacaciones, ellos mismos, (los políticos), decidieron que este año sería más conveniente hacerlo en el mes de julio para que no se les acorten sus días de asueto.

 Al parecer acudieron representantes del PSOE, del PP y de IU que, más que recordar la figura del difunto, arrimaron el ascua a sus respectivas sardinas en cada alocución. Así, el PSOE hizo una defensa del Plan de Empleo Rural, el PP hizo una auténtica melopea sobre el servilismo autonómico frente al centralismo e IU aprovechó para reivindicar el federalismo y la lucha de clases. Incluso algún extremista de IU cantó el himno del difunto con el puño en alto. ¿Es raro este tipo de celebración?. Evidentemente no, por muchas razones:

 Primera: El tributo que los partidos políticos liberales tienen que pagar a la memoria del difunto es tal, que si no hubiese existido su figura difícilmente vivirían de la actual “mamela” autonómica. Lo que se llama “vivir del cuento” podríamos denominarlo en este caso “vivir de la memoria del difunto”. Sigue leyendo