No es el fin de E.T.A.

E.T.A. habla en precampaña electoral y ahora resulta que todos los políticos pugnan por haber sido los descubridores de la pólvora. Todos se congratulan de haber vencido al monstruo terrorista y todos tratan de apuntarse el tanto de ese “logro imposible” que tanta sangre española ha derramado desde hace cincuenta años. Todos se felicitan, todos se vanaglorian y todos se contemplan sus propios ombligos, brillantes y relucientes, desde que en la tarde del pasado jueves, la panda de criminales anunciase el “cese definitivo de su actividad armada”.

             Zapatero está que no cabe en el traje de pensar que gracias a él se ha vencido definitivamente a la banda terrorista. Seguramente pensará que Suárez, Calvo Sotelo, Felipe y Aznar son unos chiquichancas a su lado. Unos pobres hombres que no dieron con la tecla adecuada para cortarle la cabeza a la serpiente… Rubalcaba ha reconocido que en las últimas horas ha llorado mucho. No sé si será de pena porque aquél intento del G.A.L. le salió mal la otra vez; de rabia porque tan sólo por un mes, (el que va desde el 20 de Octubre al día de celebración de las elecciones), no va a poder apuntarse el “merecidísimo” tanto de haber reparado su fracaso en tiempos de Felipe ó de alegría porque sabe que no ganará las elecciones y le endiñará el muerto de la reconstrucción de España al incauto que las gane. Rajoy, (tibio, cándido y suavito donde los haya), ahora va y dice que el anuncio de E.T.A. se ha producido “sin ningún tipo de concesión política y gracias a la fortaleza del Estado de Derecho y la fe en la democracia de todos los españoles”. No se puede decir una sandez ausente de contenido, más grande. Mientras tanto, Aguirre, Iturgáiz, Aznar y Mayor Oreja, mordiéndose los labios y cogiéndose de los brazos por no darle una colleja bien dada y mandarlo para su casa. Buen ejemplo de cohesión en el partido… Los nacionalistas del P.N.V. hacen el paripé de aparentar una felicidad que no es tal porque, si fuese verdad que E.T.A. no existiera, se le acabaría su chollo nacionalista. En esto los nacionalistas catalanes han demostrado ser mucho más ladinos e inteligentes a lo largo de su historia. El “noble pueblo vasco”, paradójicamente, es tan noble que carece de la sofisticación desvergonzada catalanista. Y el Rey…, bueno vamos a dejar al Rey a un lado porque si no pinta nada para otras cosas, para ésta en cuestión pinta menos todavía. Que siga firmando leyes y decretos, que es lo que tiene que hacer y que se recupere de la rodilla. Sigue leyendo