Alerta: Izquierda Unida pretende eliminar del escudo de Sevilla su glorioso pasado.


 
Con la peregrina excusa de que el actual escudo de la ciudad de Sevilla carece de aprobación oficial, pero que ha venido utilizándose en nuestra tierra sevillana sin ningún tipo de problema hasta la fecha de hoy en que Izquierda Unida, por medio de su portavoz Daniel González Rojas, quiere eliminar todo vestigio del glorioso pasado y esencia de la ciudad.
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La formación política de Sánchez Gordillo (ese que se fotografía mostrando su apoyo y simpatía por la causa proetarra), ha vuelto a la carga con su desvergüenza una vez más. Esta vez ha sido en Sevilla, donde el portavoz municipal de Izquierda Unida, Antonio Rodrigo Torrijos, ha anunciado que pedirá la ilegalización de todas las formaciones políticas que "no condenen de forma explícita el golpe de Estado de julio de 1936".

Para que nos entendamos, Izquierda Unida quiere ilegalizar, por ejemplo, a la CTC, impulsora de este espacio, porque no renuncia ni se avergüenza de su participación en el Alzamiento y Cruzada que comenzó el 18 de julio de 1936. Estos "demócratas" amigos de los terroristas de ETA, nos piden que condenemos a los que nos precedieron. Que condenemos una acción heróica que impidió que la chusma a las órdenes del Partido Comunista quemara todas las iglesias de España y matara a todos los católicos, laicos y religiosos, como eran sus planes. Que condenemos la defensa de la Fe Católica frente a quienes pretendían aniquilarla en España. Los quemaiglesias; los quemapasos de Semana Santa; los amigos de los proetarras; los que obligaron a que la Esperanza Macarena o la Virgen de la Amargura tuvieran que ser escondidas en casas particulares para   librarlas del fuego que prendieron sus manos; los que han tenido que devolver todo el dinero que supuestamente enviaron a Cuba o a Colombia para comprar equipos médicos –mentira, mentira, mentira-; Esos quieren que reneguemos de nuestra historia, de nuestra fe, y del ejemplo de nuestros mayores, que salvó a España del monstruo del comunismo. Por lo que me toca, están más que frescos.

Antes que renunciar a uno sólo de los que lo dieron todo por Dios, la Patria, los Fueros y el Rey,  veremos esas banderas rancias y arrugadas que enarbolan en la foto, podridas y descompuestas.  Antes ilegales que traidores.

Más le valdría al señor Torrijos preocuparse por hacer algo por la ciudad de Sevilla (en lugar de por sus camaradas de partido) y no andar tratando de ganar una guerra perdida, 74 años después.

 

Carlista sevillano