El gran turco en Sevilla

El Frente Popular que decora el consistorio hispalense con la bandera gay lleva tiempo trayéndonos a Erdogan, un grandísimo…turco entre cuyas brillantes cualidades radica la negación de la matanza de más de un millón de cristianos armenios a principios del siglo XX. Al kurdo que le intentó dar un zapatazo en la Plaza Nueva le han endosado tres años de cárcel. Es lo que tiene la tolerancia progresista.

Pero no contentos con eso, a no mucho de la polémica mezquita de los Bermejales nos regalan un lujoso consulado turco con su media luna correspondiente, muy cerquita de la catedral.

No sé si quieren que Sevilla sea una ciudad homosexualmente islámica, pero lo cierto es que el Magreb cuenta para sus ingresos con el turismo homosexual. Claro que a veces viene algún ayatolá cabreado y fastidia el negocio.

La clerecía en general no parece muy enterada lo que pasa. Más de uno todavía cree que lo imprescindible para el catolicismo sevillano es que las mujeres se pongan capirotes, mientras hay ¿locos? que atentan contra Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y otros ¿locos? que se sienten molestos con el cuadro de María Santísima de la Esperanza Macarena en el hospital.

Sevilla, quién te ha visto y quién te ve….Antes puerto y puerta de Indias, ahora “ciudad de las personas”….Pero algunas personas son más que otras. Que se lo pregunten al Gran Turco.

Así como el que no quiere la cosa, creo que hay que refrescarle la memoria histórica a estos hijos del Corán. No se puede olvidar el genocidio armenio; así como no se puede olvidar Lepanto (Con la poesía de Chesterton), Juan Sobieski en Viena o a los portugueses triunfantes en Matapán.

El marqués de Almedina

¿Ayuntamiento homosexual?

El alcalde de la ciudad de Sevilla ha permitido “encantado” que en lo más alto de la Casa Consistorial sevillana, desde el pasado jueves día 10 y hasta el próximo día 28 de Junio, esté ondeando un trapo de colorines para celebrar lo que algunos llaman el “día del orgullo gay”, expresando así públicamente el apoyo financiero y político del Gobierno de la ciudad a tal celebración.

El sectarismo manifiesto que nuestros gobernantes demuestran día a día, bien sean en los ámbitos locales, regionales ó nacionales en pro de colectivos absolutamente minoritarios está haciendo que el pueblo español, (dejemos de llamarlo “ciudadanía”), vea a España como el cortijo de una clase política con patente de corso para llevar a cabo todos sus desmanes; y, lo que es más grave, nadie con poder suficiente hace nada para impedirlo. Sigue leyendo