A continuación les dejamos el vídeo de la intervención correspondiente al Acto Público de Homenaje al Descubrimiento de América y Reivindicación de la Hispanidad.
Un año más conmemoramos el 18 de julio, no faltaba más. Pese a quien pese y duela a quien duela. Tenemos un deber irrenunciable que, ayer presiones de medios de manipulación y la cobardía de un clérigo, mañana amenazas de multas o cárcel, no impedirán jamás que cumplamos.
Empezaré por el principio. Que el panfleto globalista, siervo de la plutocracia y autodenominado de izquierdas «público» nos señale no deja de satisfacernos. Molestar a los malos siempre es buena señal. Pero debemos reconocer que para ellos la pieza codiciada no somos tanto nosotros como la Iglesia, a la que odian profundamente como no puede ser de otra manera. Por eso, el señalamiento de este 18 de julio, como el de hace unos meses por un acto en Granada, lo que pretende es acusar a los curas -o a las monjas de Granada- de «colaborar con actos fascistas» y mandangas por el estilo.
Que hay quien quiere perder el tiempo en diferenciar términos, como si eso les importase. Ellos tienen su discurso y no se van a salir de él. ¿O es que alguien espera que se ciñan a la verdad a estas alturas? O quizá no mienten, quizá es que lo les da el nivel para diferenciar carlismo de franquismo ni de fascismo ni de automovilismo. No me extrañaría.
Pero ellos, decía, no se van a salir de su discurso. Peor que no saber qué significa toda la palabrería terminada en ista que tanto utilizan, y que al fin y al cabo es de lo que viven, es pretender dar «información» sobre unas misas que se celebren y decir que son «en homenaje de». Pues si no saben lo que es una misa, qué vamos a esperar de ellos.
Les salió la jugada como esperaban, por primera vez, en Granada, donde unas pobres monjitas ancianas cedieron al miedo. Decían que les había llamado un policía advirtiéndoles de que podría haber algún problema. Todos sabemos que ese policía ni era tal ni trabajaba en ninguna comisaría, sino más bien al otro lado de la pantalla de el mismo panfleto que les señalaba. A estas alturas algunos no nos chupamos el dedo. Creyeron que habían triunfado y repitieron la jugada. Y al superior de los filipenses, una comunidad que siempre nos ha acogido sin ningún problema, le activaron el virus del miedo.
Se creen que han triunfado y que nos han hecho daño. La verdad es que tristeza sí que nos han causado, y no poca. Pero no por lo que los juntaletras imaginan. Ellos señalan a las iglesias y a los sacerdotes que «osan» realizar misas «en homenaje». Y lo hacen porque en su ignorancia no entienden que, si los caídos por los que celebramos las misas fueran tan malos como ellos dicen, lo que habría que hacer es redoblar las misas. Porque no son homenajes sino sufragios. Pero ya decía antes, qué vamos a esperar de estos cenutrios. No se puede pedir peras al olmo. Pero de las comunidades religiosas, del superior de ese templo, sí hay que esperar y exigir que sepa de qué estamos hablando. Y tiene que saber que negar la celebración de una misa en sufragio por el alma de un bautizado es una grave falta contra la caridad de la que deberá rendir cuentas. Elevamos oraciones para que el Señor se lo perdone.
Decía que es una grave falta el negar una misa por un bautizado. Esto es así, sin más consideraciones. El hecho de que esos caídos lo hicieran en tantos y tantos casos en defensa de las mismas congregaciones que hoy se acobardan, que esos caídos lo fueran en tantos y tantos casos defendiendo los templos que hoy se cierran añade más tristeza ante la actitud de algunos. Tristeza, insisto. Pero no por nosotros sino por los que ceden. Y también, en alguna medida, por el alma de los que esperaban esa misa quizá como último paso para alcanzar la gloria, para salir del Purgatorio… sólo Dios lo sabe. En cualquier caso, se celebrará esa y mil misas más por sus almas, aunque sean en privado, y Nuestro Señor renovará, en cada una de ellas, su Pasión, y por los méritos de esa Pasión renovada Dios premiará a quien dio su vida por los demás. Porque cada misa tiene un valor infinito, aunque nosotros no podamos acudir y aunque los perros mediáticos ladren, aún sin entender por qué.
Así que ayer tuvimos que cambiar el guión, sí. Pero no se nos «aguó» ninguna «fiesta», como los cenutrios juntaletras dicen, pretendiendo sacar pecho. Nuestros caídos estuvieron presentes en nuestras oraciones, que se elevaron con toda solemnidad a Dios en un acto que realizamos en nuestra casa. El responso se elevó con el sacerdote flanqueado por la Cruz y la Bandera que nuestros jóvenes portarán el próximo fin de semana en la II Peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad – España, que fueron bendecidas en la ceremonia previa. El sacerdote, decía, elevó sus oraciones a Dios en petición por el alma de todos los caídos. Particularmente los que lo hicieron en nuestras filas pero sin olvidar jamás a todos y cada uno de los que lucharon por lo que creían que era lo mejor para su patria. Desde unas filas u otras, e incluso desde una trinchera o la contraria.
Terminó el acto religioso y vinieron las palabras de recuerdo y homenaje, obligadamente breves por el calor, ese calor que según los mismos perros mediáticos que no quieren misas parece que nunca habíamos sufrido en Sevilla en estas fechas. Todos recordamos pasados actos del 18 de julio con rebequita y bufanda ¿verdad? En esas breves palabras se recordó a los que salieron de sus casas, de sus campos, de sus talleres no por una ideología o un general, sino por la defensa de su fe, de sus tradiciones, de su modo de vida… en suma, de la civilización cristiana amenazada entonces por la barbarie revolucionaria. Y cómo, terminada la contienda, volvieron a lo que querían salvar y salvaron: a sus pueblos, a sus campos, a sus casas, a sus talleres… a su modo de vida.
También se avisó de que entonces la opción estaba clara. O dejarse apisonar por la revolución marxista o alzarse para defenderse. Hoy, en cambio, la amenaza es doble. Porque el avance revolucionario de hoy no viene con la careta marxista de entonces sino con el dulce veneno del capitalismo exaltado que hoy sufrimos. Y nos preguntamos qué era peor, al recordar al afirmación de D’Ors, que decía que el comunismo al menos crea mártires, mientras que el capitalismo sólo crea herejes y degenerados, como podemos ver cada día.
Si este año hemos tenido el señalamiento de la chusma de público, el próximo tendremos la amenaza de multas y persecuciones de las leyes sectarias del estado totalitario (y decimos estado, no gobierno) que soportamos. Ya lo anunciamos: Estaremos celebrando nuestras misas, recordando a nuestros mayores, cantando nuestros himnos (como resonó anoche nuestro Oriamendi) y conviviendo, tocados con nuestra boinas y enarbolando nuestras banderas. Recordamos, como anoche, la frase del Padre Castellani, que debe ser guía de nuestra acción: Dios no nos pedirá cuentas de las victorias, sino de las cicatrices de la lucha. Así pues, daremos la batalla y aceptaremos gustosos las cicatrices. Serán un tesoro que presentaremos cuando toque.
Y si al juntaletras de público le molesta, que venga, que le esperamos. A ser posible dando la cara y no escondido en cobardes tribunas y llamadas falsificadas. Pero nuevamente pedimos peras al olmo. O lo que es lo mismo, pedimos hombría y valentía a los perros.
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY LEGITIMO! ¡VIVA CRISTO REY!
Un año más el carlismo sevillano quiere rendir homenaje público al Descubrimiento y a la Hispanidad evangelizadora.
Para ello convocamos acto público en el Monumento a Cristóbal Colónsito en el Paseo Catalina de Ribera (Jardines de Murillo) de Sevilla, al que invitamos a todos los que quieran recordar y honrar a quienes buscaron llevar la Cristiandad a los confines del mundo.
La cita será el martes 12 de octubre a las 11:30 de la mañana. Invitamos a acudir en familia, de manera festiva, y portando nuestras banderas.
Tras el acto, convivencia en el Círculo Carlista Virgen de los Reyes de Sevilla.
El próximo viernes 27 de octubre tendrá lugar una mesa en homenaje a D. Antonio Segura.
Químico, economista y filósofo (fue profesor de Filosofía en la Universidad de Sevilla); carlista desde su juventud, fue consejero nacional de la Comunión Tradicionalista Carlista.
La mesa estará compuesta por: Sigue leyendo →
Hoy, día 2 de febrero, una vez entregada su vida a Dios, ha sido despedido con cariño por su familia y amigos.
Desde estas páginas de Carlismo andaluz queremos tener unas palabras de sentido homenaje a quien tan merecidamente se lo ganó en vida.
La entrega que desde una vida de fe, que se reflejaba en cada acto de apostolado en el que se involucraba, en su casa, como esposo y como padre; como abogado, ayudando desinteresadamente a quien lo necesitaba; su devoción en la adoración Eucarística, que fue centro de su vida; impulsaba su labor política en la Comunión Tradicionalista Carlista, una labor que estando ya postrado sin poder hablar, seguía obsesionándole y desde su enfermedad seguía trabajando por la Santa Causa.
Todo esto nos impulsa a que nos acordemos de ello cuando nos veamos sin fuerzas y se nos escapen rayos de desesperanza o nos impacientemos, recordemos que el amor a Dios y a su Causa deben estar por encima de todo desánimo o impaciencia.
Es por ello que esta mañana, en el templo de la parroquia de San Sebastián, lleno hasta no poder entrar todos aquellos que acudieron de Sevilla y de varios puntos de España, se han volcado con él, porque en Domingo encuentran un referente, un modelo de hombre de los que poco abundan en nuestra España actual.
Nuestro hermano Domingo entregó su alma a Dios y hoy, día 2 de febrero, se han celebrado las honras fúnebres en el cementerio de San Fernando y ha sido inhumado junto a su queridísima Encarna y rodeado de todo el cariño de los suyos, y asistiendo la junta Nacional y la Territorial de la CTC.
Descanse en paz y brille para él la Luz perpetua.