Municipio y familia

“El municipio, como la familia, arrancan de una sola realidad humana: la condición ineludible de ser el hombre un ser concreto, de vivir su existencia dentro de un cuadro de valores por él nunca libérrimamente hallados, sino con los cuales se topa de bruces apenas abre los ojos a las luces de la vida; de que su saber sociológico le viene de una línea y en un lugar que él no determinó, empero en los que se encontró situado por el mero hecho de nacer. Todas las teorías totalitarias de la apoteosis del Estado, igual que todas las teorías anarquizantes de la deificación del individuo abstracto quiebran, añicos de cristal de vaso roto, al choque con esta verdad indiscutible. Sangre y suelo, familia y municipio, hácennos ser lo que somos, nos guste o no nos guste. La fuerza de los factores sociológicos es más eficaz que el oportunismo de las decisiones arbitrarias. Nunca fue el hombre un algo abstracto ni nunca poseyó derechos abstractos como los que les regalaron las sucesivas Declaraciones de los derechos del hombre en la pomposa vacía literatura que corre desde la Revolución Francesa hasta la ONU contemporánea.”

            

             Francisco Elías de Tejada y Spínola (1917-1978)