Reflexiones francesas

Francia es un país de contrastes. Como todos al fin y al cabo.

Según se dice/se comenta, detrás de la Guerra de Libia está el ansia de la “grandeur française”, la que cree que África es su patio trasero, en una especie de Destino Manifiesto delicuescente. “Monsieur Sarko” es uno de tantos políticos que lleva metiendo la pata hasta el corvejón desde hace mucho tiempo, y éste acaso va a ser su canto de cisne.

No sé como la “bel France” se sigue atreviendo con este tipo de aventurillas. Los españoles tenemos mucho complejo de inferioridad y más si cabe con respecto a Francia. Sin embargo, hay historiadores anglosajones que reconocen que España mantuvo sólidamente un imperio durante tres siglos, algo que no se dio ni en Francia ni en Gran Bretaña ni en Holanda. Francia fracasó en la India como fracasó en el Canadá. La -tan adobada de leyenda rosa- Revolución Francesa, que comenzó con dineros y armas de Prusia, no fue sino una suma de bestialidades y mediocridades en un momento complicadísimo que, entre otras cosas, acabó con la vida de más de cien mil franceses, campesinos muchísimos de ellos, asesinados por querer la religión y la monarquía. Su máximo símbolo fue la guillotina, a la par que el gigantesco campo de concentración de Cayena. Luego de la Revolución, vino la dictadura de Napoleón… Tanto la Revolución como Napoleón, empero, son símbolos de ilustración y libertad para tirios y troyanos… Sigue leyendo