por Antonio Moreno Ruiz
Hombre Domingo, que me he enterado que te nos has ido. ¿Cómo se te ocurre irte tan joven? Porque no recuerdo exactamente cuándo nos conocimos, pero habida cuenta de que yo tengo ya treinta y cinco tacos, la primera vez que pude departir contigo hará, como poco, trece años, y quizá me quedo corto. Y ya entonces estabas más joven que yo. Siempre con esa sonrisa tan diligente de empática campechanía, siempre con ese talante de caballero simpático tan propio de nuestro querido sur de estampas cofrades y toreras; siempre con la humildad de recibir como hijo pródigo al recién llegado sin por ello caer en falsas modestias, derrochando el talento de la oratoria cuando la ocasión lo requería; siempre como una caja de sabias sorpresas, de anécdotas que podían ser serias o chispeantes según el momento. Porque siempre sabías estar. Porque siempre estabas.
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Archivo de la etiqueta: Fal Conde
Domingo Fal-Conde, todo un nombre para todo un hombre.
Hoy, día 2 de febrero, una vez entregada su vida a Dios, ha sido despedido con cariño por su familia y amigos.
Desde estas páginas de Carlismo andaluz queremos tener unas palabras de sentido homenaje a quien tan merecidamente se lo ganó en vida.
La entrega que desde una vida de fe, que se reflejaba en cada acto de apostolado en el que se involucraba, en su casa, como esposo y como padre; como abogado, ayudando desinteresadamente a quien lo necesitaba; su devoción en la adoración Eucarística, que fue centro de su vida; impulsaba su labor política en la Comunión Tradicionalista Carlista, una labor que estando ya postrado sin poder hablar, seguía obsesionándole y desde su enfermedad seguía trabajando por la Santa Causa.
Todo esto nos impulsa a que nos acordemos de ello cuando nos veamos sin fuerzas y se nos escapen rayos de desesperanza o nos impacientemos, recordemos que el amor a Dios y a su Causa deben estar por encima de todo desánimo o impaciencia.
Es por ello que esta mañana, en el templo de la parroquia de San Sebastián, lleno hasta no poder entrar todos aquellos que acudieron de Sevilla y de varios puntos de España, se han volcado con él, porque en Domingo encuentran un referente, un modelo de hombre de los que poco abundan en nuestra España actual.
Nuestro hermano Domingo entregó su alma a Dios y hoy, día 2 de febrero, se han celebrado las honras fúnebres en el cementerio de San Fernando y ha sido inhumado junto a su queridísima Encarna y rodeado de todo el cariño de los suyos, y asistiendo la junta Nacional y la Territorial de la CTC.
Descanse en paz y brille para él la Luz perpetua.
Además del vídeo elaborado por Mater Dei Prod que mostramos sobre estas líneas, compartimos el siguiente enlace que nos da una breve pincelada de su vida:
http://www.mundiario.com/articulo/politica/muere-sevilla-domingo-falconde-lider-tradicionalismo-espanol/20170201205424078011.html
Fal Conde tenía razón
Vistas las cosas -digamos- con tranquilidad y al cabo de los años, la conclusión que sacamos es que Manuel Fal Conde tenía razón, mucha razón.
No pocos le acusaron de excesiva intransigencia y maximalismo en cuanto a su confrontación con el régimen franquista, una acusación que tampoco escapó a algunos de nuestras propias filas. Y es bueno aclarar que D. Manuel nunca fue un “maximalista”. ¡Je! Si hubiera sido maximalista, el carlismo no se hubiera sumado al Alzamiento del 18 de julio. Ya hacía años que, viendo el rápido devenir de la criminosa y mediocre II República, S.M.C. Jaime III había dicho que sus huestes se tenían que sumar, así fuera en última fila, a la irrenunciable defensa de la religión católica. Con ese espíritu, y con el amoroso ardor a la patria española empezando por el rojo y gualda de su bandera, Fal Conde, como político de primera línea, fue el organizador del gran “partido civil” que renombró a la contienda como Cruzada, mientras que no pocos militares querían una transitoria dictadura republicana. Esa defensa acendrada de la España genuina cimentada en la cruz fue abanderada por el carlismo. No por “exclusivismo”, y que se comprenda esto: Cuando el carlismo levanta los símbolos tradicionales, no es que se los quiera “apropiar”…. ¡¡No tenemos mentalidad totalitaria de partido!! Al contrario, de muchas cosas nuestras sí que se han apropiado, incluido el anterior régimen que quitó tanto patrimonio a la Comunión. Nosotros, como tradicionalistas, lo que queremos es compartir, y por supuesto, que no se pierdan. Que es lo que podría haber pasado, de no haber sido por gente como Fal Conde, el cual fue un gran líder interclasista andaluz, caballero que lo mismo comía con príncipes austríacos que con gitanos. Sigue leyendo
Semana Santa y persecución anticatólica
Quisiera compartir un texto con todos los lectores de este blog. Lo escribió, en la primavera de 1932 y en las páginas del periódico tradicionalista “El Observador”, don Manuel Fal Conde bajo el pseudónimo de A.C. Buche. El artículo está enmarcado en el contexto de la persecución religiosa por parte de los poderes republicanos, de la legislación restrictiva a la práctica pública de la fe católica, de la retirada de crucifijos en las aulas de las escuelas… de todo eso que en los años treinta hizo la República y que hoy se empeña en repetir, en una nueva intentona, el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.
En medio de esa situación de persecución a la fe, de laicismo anticatólico, muchas cofradías sevillanas amenazaron con no salir a la calle en Semana Santa, en protesta por las persecuciones que desde el Poder público se hacía contra la Religión verdadera. El Ayuntamiento de entonces, viendo el terremoto que esto produciría, se guardaba sus “principios” en el bolsillo y pedía a las cofradías que saliesen, ofreciendo suculentas subvenciones a cambio. Los mismos que aprobaban legislaciones contra la Religión Católica, que pretendían prohibir la exhibición de símbolos religiosos en los lugares públicos, pedían imágenes de Cristo, y de la Santísima Virgen, por las calles de Sevilla.
La situación hoy es exactamente igual. La misma chusma que pretende arrinconarnos a los católicos dentro de los templos y negarnos el derecho a que los símbolos del Amor y la Verdad sean ostentados de forma pública, quiere compadrear con las cofradías, pretende comprarlas, con las mismas treinta monedas con las que Judas vendió al Maestro. Sigue leyendo