Reflexión

En estos pasados días de Semana Santa en que, por una parte hemos conmemorado los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y por otra hemos vuelto a sufrir la persecución religiosa de los autodenominados “perturbados” que lo mismo entran desnudos en una Capilla Universitaria, que le arrancan un brazo a la imagen del Gran Poder de Sevilla, que destrozan un Sagrario profanando la Sagrada Forma, que le meten fuego a la Cripta de la Sagrada Familia de Barcelona; he estado reflexionando sobre la postura a adoptar por los carlistas ante esta oleada de vandalismo anticatólico. Incluso cuando realicé el pasado Miércoles Santo mi Estación de Penitencia junto a mis hijos, estuve pidiéndole a Dios, bajo mi antifaz, que me iluminara y que iluminara a los que, de una u otra forma nos definimos como católicos.

            En esta Semana Santa pasada en la que hasta la climatología se ha vestido de laicismo impidiendo que la mayoría de las cofradías sevillanas pudiesen procesionar, me venía a la memoria un estudio estadístico elaborado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad en el que se cifraba en 62.000 el número de nazarenos que, en condiciones meteorológicas benignas, hubieran acompañado a sus Titulares por las calles de la tierra de María Santísima. Si a ello le sumamos un número aproximado de 4.800 costaleros, otro parejo de 1.020 acólitos, otro añadido de unos 300 colaboradores de chaqueta, otras 240 personas encargadas del encendido de los pasos y un número que ronda los 8.400 músicos, nos encontramos con que en Semana Santa procesiona un número aproximado de 76.760 personas. Sigue leyendo

Semana Santa y persecución anticatólica

Quisiera compartir un texto con todos los lectores de este blog. Lo escribió, en la primavera de 1932 y en las páginas del periódico tradicionalista “El Observador”, don Manuel Fal Conde bajo el pseudónimo de A.C. Buche. El artículo está enmarcado en el contexto de la persecución religiosa por parte de los poderes republicanos, de la legislación restrictiva a la práctica pública de la fe católica, de la retirada de crucifijos en las aulas de las escuelas… de todo eso que en los años treinta hizo la República y que hoy se empeña en repetir, en una nueva intentona, el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.

En medio de esa situación de persecución a la fe, de laicismo anticatólico, muchas cofradías sevillanas amenazaron con no salir a la calle en Semana Santa, en protesta por las persecuciones que desde el Poder público se hacía contra la Religión verdadera. El Ayuntamiento de entonces, viendo el terremoto que esto produciría, se guardaba sus “principios” en el bolsillo y pedía a las cofradías que saliesen, ofreciendo suculentas subvenciones a cambio. Los mismos que aprobaban legislaciones contra la Religión Católica, que pretendían prohibir la exhibición de símbolos religiosos en los lugares públicos, pedían imágenes de Cristo, y de la Santísima Virgen, por las calles de Sevilla.

La situación hoy es exactamente igual. La misma chusma que pretende arrinconarnos a los católicos dentro de los templos y negarnos el derecho a que los símbolos del Amor y la Verdad sean ostentados de forma pública, quiere compadrear con las cofradías, pretende comprarlas, con las mismas treinta monedas con las que Judas vendió al Maestro.  Sigue leyendo