Fascismo

Acudiendo al artículo que D. Manuel Nieto de Nevares encabezó como ”El lado oscuro del voto”, me detengo en la brutal agresión perpetrada por ultraizquierdistas-aprendices de terroristas al consejero murciano, el mismo que ha dicho que no quiere más fascismo…

Avive el lector el seso y recuerde que antes que “fascista”, el calificativo empleado por la Revolución en España como denigración máxima era el de “carlista” o “carca”. Pero cuando el padrecito Stalin esgrimió la palabra italiana, halló una solución esplendorosa a todos los problemas del mundo. A partir de entonces “fascista” se convirtió en algo peor que maldecir a la madre o a los muertos.

El centro-reformista no iba a ser menos. Total, votó a favor de conceder la nacionalidad española a los terribles brigadistas internacionales….He ahí el gran pacto de nuestro tiempo: Capitalismo salvaje, progresía fanatizada y enésima crisis de la Revolución. Lo que en su día hicieron los “camisas nuevas” con la Zarzuela y el responsable de la masacre de Paracuellos. De aquellos polvos estos lodos. Y hasta los agredidos se niegan a llamar las cosas por su nombre, buscando un abstracto chivo expiatorio con el que marear la perdiz para esquivar la triste realidad, tal y como lo hizo Aznar con sus cantos de sirena y su camaradería hacia Pujol y Arzallus; y por supuesto, no van a cuestionar las jugosas subvenciones para esta suerte de grupúsculos. Contra eso tampoco parecen protestar los magnates financieros.

 Una vez más hemos de recurrir a los Evangelios: "Sea pues vuestra palabra: Sí, sí; no, no. Lo que se diga de más proviene del maligno" (Mt. 5,37). En combinación con la sapiencia del refranero, añadiremos que al pan, pan y al vino, vino. Contra cobardes agresiones, con las cosas claras y el chocolate espeso. Contra el odio comunista-separatista y contra el liberalismo que nunca ha dejado de amparar sus tropelías.

 

Duque de Monte Gordo