En un mundo que presume de incrédulo, los católicos somos criticados por el mero hecho de asistir a Misa. Empero, no hace mucho, al hilo del no sé cuánto aniversario del Let it be de los Beatles, muchos grupos y mucho público se fundieron ante una azotea de Madrid para –malamente- remedar con compungida solemnidad el ritual del último concierto del grupo anglosajón. Silencio, emociones, aplausos, éxtasis….Solemne recordatorio y la gente tan contenta para casa, habiendo comulgado con los estereotipos más políticamente correctos y mediáticos, flotando en un ambiente nostálgico, melancólico y alucinógeno.
Quizá eso es lo que se llama comulgar con ruedas de molino. Creo que los antiguos paganos eran más serios. Sigue leyendo