Quizá hay quien tiene que echar cuentas y calcular estrategias para saber qué decir de determinados temas, qué posición ocupar en determinados conflictos. Los carlistas tenemos claro que en eso también tenemos una tradición que nos avala y nos permite seguir defendiendo lo mismo, siempre.
En estos días en los que los pequeños productores de nuestro campo salen a calles y carreteras a pedir justicia para su trabajo, aprovechamos para traer lo que en la prensa tradicionalista sevillana decíamos no ayer, no la semana pasada, no hace dos legislaturas: Lo que decíamos el 1 de agosto de 1931, que por supuesto enlaza con lo que llevamos casi dos siglos defendiendo: Que el campesino merece justicia, merece la propiedad de su tierra y de su trabajo, y que debe huir de partidismos que buscan siempre servirse de él.
Decía nuestra prensa el 1 de agosto del 31, refiriéndose entonces a la amenaza socialista al campo pero que vale también ahora que son también otros los que pretenden robarles el fruto de su trabajo (competencia desleal, burocracia, chantaje comercial…):
«Cambiar de amo, no, y menos para empeorar. Aspirar a ser dueños, sí; a obtener justo y bien ganada recompensa por vuestros esfuerzos, sí. Pero eso no os lo dará el Socialismo; de eso quiere desposeeros y desesperanzaros el Socialismo.
No seáis socialistas, ni comunistas, ni anarcosindicalistas, ni monárquicos, ni republicanos. Cuando llegue un político a vuestros pueblos, encerraos en vuestras casas y atrancad las puertas. Sed obreros, nada más que obreros, con aspiraciones santas de llegar a propietarios. Formad para eso vuestro gremio, vuestro sindicato neto, puro, sin mezcla de partidismo político de ninguna clase. Solamente así seréis fuertes; solamente así resolveréis vuestro problema. Y los caudillos redentores, si quieren comer y medrar, que trabajen.
¡Campesinos, salud!»
(Suplemento al número 4.364 del diario La Unión. Sevilla, 1 de agosto de 1931)
El campo es tradición. El carlismo andaluz, con nuestro campo. Con la España Tradicional.