Al principio, por inspiración de la ideología feminista, se daban a conocer unas estadísticas llamadas “malos tratos domésticos”, en los que aparecían las cifras computadas como malos tratos del hombre sobre la mujer dentro del hogar, eso sí, sólo de hombres a mujeres, nunca a revés. Poco a poco fueron afinando y para aumentar las cifras estadísticas sin necesidad de falsearlas, se cambió el nombre y se les llamó “malos tratos de género”, esto tenía una gran ventaja pues, se podían incluir en los resultados estadísticos los malos tratos realizados dentro y fuera del hogar, por matrimonios, parejas estables, novios o simplemente amigos y conocidos. Eso sí siempre del hombre hacia la mujer, los otros no existían según las estadísticas. Este cambio de nomenclatura tuvo un gran éxito pues lógicamente el número de malos tratos aumentó de manera alarmante, que es lo que se pretendía, alarmar a la sociedad, y criminalizar cada vez más al varón. Pero, todavía se dio otra vuelta más de tuerca y recientemente se le cambió nuevamente la denominación, ahora se trata de “violencia machista”. El resultado es nuevamente espectacular pues, bien conocido es el poder de seducción de las palabras, aunque pudiera decirse que se trata de los mismo, no suena igual malos tratos que violencia, esto último suena mucho más fuerte y si a esta palabra le añadimos el adjetivo machista, término peyorativo donde los haya, el resultado es inmejorable y de paso se deja despejada la ambigüedad de si los malos tratos también pudieran darse de mujer a varón. Eso ya ni se discute. No interesa.

Como se ve, una estadística, puede decir lo que uno quiera sin necesidad de falsear los resultados, solo es preciso modificar los conceptos a computar, dar las cifras que interesan y ocultar las que no interesan.
¿Por qué no se incluyen en estas estadísticas los malos tratos de mujer a varón? Pues seguramente porque los resultados iban a ser muy desfavorables a la ideología feminista.

¿Por qué no se dice que cantidad de malos tratos se dan dentro y fuera del matrimonio católico? ¿Por qué no se cuenta cuantos maltratadores están en proceso de divorcio? ¿Por qué no se dan datos de cuantos malos tratos se dan entre parejas ocasionales, sin compromiso real? ¿Por qué no se informa de la religión de los maltratadores o de su procedencia? ¿Por qué….? Existe un largo etcétera de “¿por qué?” que nadie informa, nadie cuenta, es más, se oculta. Porque a lo mejor pudiera resultar que la falta de religión tiene mucho que ver con esa violencia o malos tratos, a lo mejor el divorcio es uno de los mayores motivos de violencia, a lo mejor pudiera resultar que las parejas ocasionales, sin compromiso, de fin de semana son una gran fuente de malos tratos y, claro eso no interesa, como no interesa decir cuántas maltratadoras hay. Todo eso va contra los intereses de la ideología feminista, de por sí anticatólica.
VALERIO OPTIMO AGRICOLA.