La izquierda española tiene una versión señoritinga que ha logrado imprimir tanto en la II República como en el neoturnismo del 78. A saber: España es un ente homogéneo salvando los casos de superior peculiaridad concentrados en Cataluña, Vasconia y Galicia. Cataluña sería tan superior que CIU y adláteres podrían apañarse parte de Aragón, Valencia y las Baleares; al igual que el PNV y compañía podría quedarse con Navarra y parte de Castilla; el BNG, a su vez, podría quedarse con parte de León y Asturias… Pero nada de eso plantear en un referéndum, claro.
El caso es ese: La «autonomía» en principio sólo iba para Cataluña y Vasconia, y como mucho, para Galicia, el resto a mamar. Porque son más «diferentes».
Sin embargo, no hay que mirar a España así. Toda región española tiene su hermano gemelo o relación directa. Galicia tiene muchísima relación con Asturias y León, al igual que Andalucía al occidente con Extremadura y Canarias y al oriente con La Mancha y Murcia, y Cataluña con Valencia y Aragón, Navarra con Aragón y Vascongadas, Vascongadas con Castilla, Murcia con Valencia y La Mancha; y así sucesivamente.
Otrosí, no deja de resultar significativo que para un hispanoamericano, los más «diferentes», tanto por fonética, folclore y forma de ser, seamos andaluces y canarios. El sistema fonético de Despeñaperros para arriba les parece exactamente igual, por más que protesten los adeptos de ikurriñas y esteladas.
Así las cosas, ni el «centralismo» liberal inventándose provincias y creando rivalidades absurdas entre hermanos, ni su lógica consecuencia izquierdista-cantonalista, responden a la realidad histórica y cultural de las Españas; mucho más rica, compleja y contundente.
Antonio Moreno Ruiz
Lo que se ha conseguido con esto es la desmembración de España , la caída del catolicismo y el odio entre los propios españoles.
Un saludo.
Ni más ni menos, no se puede decir con menos palabras.
Espana solo puede vivir junta entre sus pueblos. Otro no es posible!