Partidos

Partidos

Llevamos ya muchos años -demasiados- en que España emprendió un sendero en el que los partidos políticos se han adueñado, no sólo de la vida política en España, sino también de la social, cultural, moral, etc. Y ahora nos vemos como nos vemos, sumidos en plena crisis de la que no parece que se vislumbre una salida. La partitocracia tiene cogida la sartén por el mango y no hay forma de que lo suelte.

Los amantes del sistema político de partidos afirman que la existencia de un partido único es algo malo porque el sistema termina convirtiéndose en un sistema totalitario donde no cabe más opción que la del partido en cuestión. Tenemos por ejemplo el partido único comunista en la antigua U.R.S.S., o el Nazi en la Alemania del III Reich, etc. Por lo tanto concluyen en que el sistema de partido es bueno siempre que haya más de uno. No obstante hay que aclarar que hay personas a las que les gusta este sistema. Son aquellas personas afiliadas a tal partido.

Existe otra posibilidad, y es el sistema bipartidista en donde dos partidos, uno de izquierdas y otro de derechas, se disputan el poder y el que lo consigue aplica el «rodillo» de su ideología imponiendo su criterio al resto de la nación. Este sistema es el que hemos padecido en España durante estas últimas décadas y del que la mayoría de los españoles estaba deseando salir, deseando que haya una mayor pluralidad de opciones donde poder elegir. No obstante, existe otro método de aplicar el bipartidismo, tal y como se hizo en la España de la Restauración, donde dos partidos se turnaban en el gobierno, es lo que se conoce como «turnismo» y que dio lugar al nacimiento de las dos Españas, al enfrentamiento perpetuo entre españoles y a la corrupción caciquil que entre otras cosas nos trajo la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Claro que, comparada con la corrupción actual, aquella fue de chiste. Así pues los teóricos del sistema de partidos en España, hasta ahora al menos, son partidarios de que exista una extensa variedad de partidos para favorecer el pluralismo. Claro está, que los pertenecientes a los dos grandes partidos prefieren el bipartidismo, exactamente igual que pasaba con el partido único.

Y por último, nos queda la tercera opción, hasta ahora tan anhelada en España y, es la que se está empezando a experimentar en este año 2015. Me refiero a lo que se ha venido en llamar sopa de siglas, haciendo alusión a las que identifican a cada uno de los múltiples partidos que han ido apareciendo en el panorama electoral. Y he aquí que ahora se empieza a experimentar cómo después del resultado de las elecciones autonómicas, la proliferación de partidos ha hecho hasta ahora que, hasta la fecha, cueste la misma vida formar gobierno y que para conseguirlo se pacten alianzas «contra natura» y muchas veces se plantea la necesidad de unos nuevos comicios. Y entonces ya están apareciendo voces que critican este panorama y explican que la existencia de tanto partido crea inestabilidad y provoca la ingobernabilidad ya sea de una autonomía o de la nación y, nos ponen de ejemplo a otros países donde ocurre algo semejante. Se concluye por tanto que el multipartidismo tampoco les gusta a los amantes de la partitocracia.

La pregunta que entonces me surge es que, si no les gusta el partido único ni les gusta el bipartidismo y tampoco les gusta la existencia del pluripartidismo ¿Qué narices es lo que les gusta de la partitocracia? Verdaderamente es algo que ellos mismos no saben responder a no ser que estén chupando del bote de alguno de los partidos y entonces los justifican, explican y defienden a capa y espada. Pero eso no es más que un excelente ejercicio de cinismo.

Yo que tampoco soy amante del partido único ni del bipartidismo ni del pluripartidismo sí puedo contestar, a mí no me gusta ninguna de las tres opciones porque lo que no me gustan son los partidos políticos y se pongan como se pongan los defensores de la partitocracia, no es posible la cuadratura del círculo y ni con muchos partidos ni con sólo dos ni con uno se podrá arreglar la situación en la que estamos sumidos porque han sido ellos los que nos han llevado donde estamos.

Los partidos políticos no hacen falta, sobran, adulteran la convivencia entre españoles, enfrentándolos unos con otros. Son un invento de hace sólo doscientos años y la Humanidad lleva muchos siglos de existencia y alcanzando magníficos logros, sin necesidad de partidos políticos. Hasta que no terminen desapareciendo los partidos políticos no será posible un sistema político que propicie la regeneración de la política ni de la sociedad.

Esperaindeo.

Un comentario en «Partidos»

  1. El solo nombre de partido denota que es una facción, un grupo con unos intereses concretos, que no representa al pueblo en general. Es partido, no entero. La partitocracia es el gran timo que hace creer al pueblo que tiene representación, cuando en realidad en un gobierno partitocrático no hay representación, sino un simple repartimiento de políticos según sus tendencias e intereses. Por eso la corrupción es consustancial al sistema de partidos. Y el pueblo es tan tonto, tan borreguil, que sigue votando a los partidos a pesar de los constantes escándalos.

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