Dando en la tecla

El mal uso y el abuso del poder, sea del tipo que sea, siempre conlleva a quien lo ejerce a la posibilidad de caer en la tiranía o, cuanto menos, a rozarla de manera tangencial. Cuando ese mal uso y ese abuso se realiza de forma descarada lo llamamos dictadura. Cuando, por el contrario, se ejerce de igual manera pero con el beneplácito de un populacho engañado que cree que con su voto está decidiendo el futuro de su país, lo llamamos democracia. Y así, desde los poderes fácticos y mediáticos, se ha demonizado siempre a los regímenes dictatoriales y se ha “divinizado” a las sociedades democráticas cuando, en realidad, las consecuencias son siempre las mismas: el pueblo gobernado por una cúpula política que hace y deshace a su antojo cuanto estima conveniente, siempre de espaldas al pueblo. Sigue leyendo

El "delfín" de Fraga

Ya es ministro. Ya no llora. Ya no tiene esas rabietas de niño mimado porque le han quitado un caramelo de la boca o porque un niño mayor se ha comido su merienda en el patio del colegio. Ya no puede tirar de los bajos de la chaqueta de su mentor porque su mentor ya no está. El ojito derecho del difunto Fraga, (que Dios tenga en Su Gloria bien lejos de Montejurra…), ya ha llegado donde quería. Ya tiene su carguito. Ya puede ponerse el mundo por montera y legislar a su antojo porque para eso es quien manda en la Justicia española. Sigue leyendo

Pilar Bardem y Sevilla

En estos días volvemos a desayunarnos nuevamente con uno de esos dislates consistoriales que se han producido a lo largo y ancho de nuestra geografía española como consecuencia de la aplicación de la revanchista y manipuladora Ley de la Memoria “Histérica” del defenestrado gobierno del Sr. Rodríguez (Zapatero por mamá).

Para los que no sean de Sevilla, les pondré en antecedentes: Resulta que en Sevilla hay una calle que, en tiempos, se llamaba Avenida del General Merry. A esta calle se le puso ese nombre en memoria del General D. Francisco Merry Ponce de León, Conde de Benomar, militar español que luchó en la guerra de Cuba como ayudante de campo del entonces General Weyler, Gentilhombre de Cámara de Don Alfonso de Borbón, (llamado comúnmente “Alfonso XII”) y Caballero de la Orden de Carlos III. Sigue leyendo