Tengo visto y comprobado en muchas manifestaciones por nuestra Piel de Toro que a los carlistas en general se nos respeta con simpatía. No obstante, siempre se nos acerca a dar la tabarra alguien perteneciente a la moda liberal por excelencia para insultarnos, para que quitemos la pancarta, etcétera. En nombre de la tolerancia del siglo XXI, faltaría más.
No nos olvidemos que la moda liberal por excelencia es el fariseísmo. Tracemos su camino en nuestra patria:
En resumidas cuentas, aquellos que dicen estar contra el aborto en el escaparate del protagonismo para luego votar a partidos que lo promueven y financian. Aquellos que se molestan ante signos que unen a los españoles desde el pasado al futuro, como la Cruz de Borgoña o el Sagrado Corazón en el rojo y gualda, porque en su sectarismo siguen conservando todas las monstruosidades de la Revolución. Sin duda, nuestros máximos y sibilinos enemigos desde la consumada usurpación que nos ha llevado a la más indigna ruina.
No obstante, la Contrarrevolución no ha dicho su última palabra y por más que nos quieran callar la verdad nos hará libres y triunfará sobre los fariseos.
Duque de Monte Gordo
No lo dudes Señor Duque. Siempre ha ocurrido. El liberalismo, desde su incipiente consolidación en el régimen isabelino nos dejó la triste estampa de campesinos pobres, deuda recuperada pero empresarios y terrateniente ricos, que con su patrimonio no hacían nada por el país y que nos hicieron herederos de tres guerras civiles producidas por su incompetencia, no por los carlistas, que solo trataron de defender las libertades reales de las gloriosas Españas.
Después alimentaron el odio en la santa cruzada primero, y sus hijos o nietos, de la misma estirpe franquísima, pretenden ocultar su pasado con leyes de Memoria histérica… Es una vergüenza. Porque nosotros los monárquicos podremos llegar a ser publicanos, pero no somos fariseos, como tu dices, ni nos perfumamos la cabeza con mentiras, ni esperamos el reconocimiento en las esquinas de los templos.
Un Saludo en Cristo Rey.
¡Anda, pero si es Fraga!. Ay, si las montañas de Estella hablaran…