Es un hecho cierto que a todos los católicos nos “choca” la nueva festividad importada de Estados Unidos para la víspera del día de Todos Los Santos. Pero, además, a los católicos que somos padres de niños pequeños, no sólo nos choca, sino que nos preocupa enormemente.
Festividad de nacimiento pagano con reminiscencias celtas, basa su origen en la creencia de que la línea que une el mundo de los vivos con el de los muertos se difuminaba permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar de uno a otro. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados mediante el uso de máscaras. El propósito de estas era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. Otra práctica común era la invocación por parte de los druidas a su dios Samagin ó “señor de la muerte” con fines adivinatorios.
Durante la romanización de Britania, la festividad fue asimilada por las propias tropas romanas que ya celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre otra fiesta pagana conocida como “Fiesta de la cosecha” en honor a Pomona, diosa de los árboles frutales; hasta que en el Siglo VIII, el Papa Gregorio III la declara oficialmente como fiesta PAGANA y, posteriormente su sucesor, Gregorio IV instaura el día 1 de Noviembre como el Día de Todos los Santos. Con posterioridad, en el año 998, San Odilón, monje benedictino y V Abad de Cluny en Francia, instituyó el día 2 de Noviembre como Día de los Fieles Difuntos.
Durante más de 1.000 años, la Cristiandad ha celebrado el día 1 y 2 de Noviembre las festividades de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, pero en 1840, la festividad pagana, latente en los países anglosajones, llega a Norteamérica de la mano de los inmigrantes irlandeses y aquí es donde la maquinaria propagandística masónica empieza a funcionar. Se retoman antiguas leyendas de la Inglaterra profunda al más puro “estilo Dickens” y se adaptan a la mentalidad infantil recubriéndolas de una inocencia mal entendida pero elaborada de una forma absolutamente premeditada. Se inventa la figura de la calabaza basada en la persona legendaria de Jack O’Lantern, (personaje siniestro que según la leyenda establecía pactos con Satanás), se alienta a los niños a disfrazarse de una forma aparentemente “divertida” de brujas, espectros y entes terroríficos de todo tipo imaginable (que en realidad representan a los espíritus malignos que, según la costumbre celta, deambulan esa noche por la ciudad), y se crea la tristemente famosa frase ¿Truco ó trato? que, infantilmente sólo es una “petición” de golosinas a modo de aguinaldo navideño ó el inocente gesto de gastar una pequeña broma pero que, en realidad encierra la amenaza del “espíritu visitador” de maldecir la casa de quien no pase por el aro.
Como vemos, la estrategia masónica, (como en muchas otras ocasiones “educativas” que estamos sufriendo en España), se centra en pudrir las conciencias y las almas infantiles de nuestros hijos con “atractivas e inocentes” artimañas que, realmente, lo que encierran es un trasfondo totalmente demoníaco. Para ello el aparato propagandístico norteamericano está perfectamente engrasado y bombardea brutalmente al resto del Mundo como nos bombardea con las hamburguesas, los pantalones vaqueros ó Santa Claus. Y nosotros nos lo tragamos todo…
Esta celebración MASÓNICA sin tradición alguna en nuestra Patria está enraizándose de tal manera en un Mundo católico en el que “todo vale” que ningún padre ve libre a su familia de la amenaza siniestra de los “divertidos” espectros de “Jalogüin”. Y no se trata de que llevemos a nuestros hijos pequeños a los cementerios a rezar por nuestros familiares muertos. Ya habrá tiempo para que estén allí mucho tiempo.
Se trata de que, como católicos, enseñemos a nuestros hijos la eternidad del alma, las penas del infierno y la felicidad eterna de la Gloria. Se trata de que les enseñemos, especialmente en esos días, a rezar por sus abuelos que quizás ya no estén entre nosotros, que los recordemos y que veneremos su memoria. Que les instruyamos en la disyuntiva existente entre la temporalidad del cuerpo y la eternidad del espíritu. Que les hagamos ver que una “fiesta” que se sustenta en la apología del terror, de la amenaza y de la muerte no puede ser nunca una Fiesta, sino una pantomima de máscaras alentadas por las fuerzas del mal. Que les hagamos saber que ese “Jalogüin” que tanta gracia les hace ahora es una celebración atea y que el culto y la veneración a los Santos y a los Difuntos son cosas del alma y, como dijo el Alcalde de Zalamea, “el alma sólo es de Dios”. Y con las cosas de Dios, no se juega…
José de Arfe
Yo no soy partidario de esta fiesta principalmente por el poco respeto a los difuntos que detenta pedir caramelos, gastar bromas pesadas, vestirse de criaturas extrañas y no visitar el cementerio para rezar por las almas que nos han dejado. Pero, como bien dices, esto, promovido por los masones, es ante todo una insidia del diablo, y el diablo tiene envidia de la liturgia cristiana, y anhela el rito de Halloween como modo de satanizar la sociedad, no creado mini-posesos, sino haciendo que olvidemos el respeto, la reverencia, la tristeza por los muertos. Por eso, ni disfrazarse de santo vale porque es una frivolidad que molesta y corrompe.
Un Saludo
Hoy ha venido mi hijo pequeño del colegio con un folio fotocopiado lleno de calabacitas, fantasmitas, monstruitos y demás «puñetitas» de Halloween que le ha dado su profesora a él y a todos sus compañeros. Está en un colegio religioso.
Mi hijo mayor, que ya está en secundaria también ha venido de su otro colegio pidiéndome permiso para poder ir esta tarde al colegio porque tienen la «Fiesta del terror» coordinada por el profesor de Religión. También está en un colegio religioso.
¿Qué nos pasa a los católicos?. No nos damos cuenta de que el Demonio anda suelto haciendo todo lo que le parece a sus anchas y no ponemos pie en pared para que no sucedan estas cosas. No depende ya de nuestra postura como padres sino, en gran medida, de la postura de los «educadores» (siempre se les llamó profesores) de los colegios. Y en especial de la Dirección de esos colegios religiosos. El problema es que si nos quejamos en el colegio, nos tachan de retrógrados, de antiguos y de carcas. ¿No hay forma de hacerles ver a las personas que tienen en sus manos la educación de nuestros hijos que el camino «tolerante y respetuoso» que tienen hacia esas modas es contrario a la doctrina católica?. A veces creo que todavía vivo en Itálica y que todo lo que vino después no sirvió para nada…
Veo a los niños de un instituto de Secundaria disfrazados de Jalogüin. Cruces invertidas y simbología siniestra.
Es curioso que ningún psicopedagogo (uno de esos especialistas que han estudiado tanto para luego parir la LOGSE) haga referencia al papel aculturador de la enseñanza del inglés en las aulas. Al mismo tiempo que se impone el inglés, casi ha desaparecido el latín. No es sólo por cuestiones prácticas. También la hez postconciliar la ha tomado con el latín en la Iglesia.
Jalogüin parece una broma, pero no lo es. Nuestros hijos partician en un aquelarre simbólico y light, pero aquelarre.
Se retiran los crucifijos y se imponen los símbolos del estado laico y de su dios.
Un estribillo liberal del XIX rezaba: «¡Muera Cristo y viva Luzbel! ¡Muera Don Carlos y viva isabel!»
Pues en eso estamos.
Me parece que se están sacando las cosas de quicio. Ésta es una fiesta más para los niños, una simpática fiesta para los niños y para que aprendan a mofarse de tanta superstición sobre los demonios. Nada más.
Te equivocas, Cojuelo. De Fiesta nada. Estoy completamente de acuerdo con lo expuesto en el artículo. Y de superstición sobre los demonios, nada tambien. El Demonio existe como espíritu del mal. No es una superstición. Es una realidad que no para de trabajar contra todo lo que suponga el bien de la Humanidad y la dignidad del hombre. Dios nos da los medios para combatirlo, pero sin la ayuda de Dios en ese combate, no tenemos nada que hacer. Por eso «tu jefe» se ha encargado de hacer tibios a los católicos. Para que todo valga en esta sociedad. Para que sólo le demos importancia al dinero sobre todas las cosas (la crisis económica parte de una crisis de valores morales (lo que el catolicismo llama «virtudes»). Su objetivo fundamental son los niños porque ellos serán los hombres del mañana. Ya lo dijo Jesucristo en el Evangelio: «Hay de quien escandalice a estos pequeñuelos. Más les valdría tirarse al agua con una rueda de molino al cuello» . Pues de eso se trata, así que vete buscando tu rueda de molino. Tu «simpática fiesta» lo es sólo para tí y para «tu Jefe». Para las personas con una mediana formación cultural y religiosa, Halloween es lo que es y no estamos dispuestos a dejar que pudráis a nuestros hijos. Para que el mal triunfe basta que los hombres de bien no hagan nada por impedirlo. Aquí has pinchado en hueso. Anda y vuélvete a tu infierno.
Pues las postrimerías de Valdés Leal también serán Jalogüin, digo yo. Y «la Canina del Santo Entierro», con ese meneito que tiene cuando avanza el paso, Jalogüin genuino de Yanquilandia, y comer huesos de santos debe ser todo un sacrilegio.
¡Que incongruentes y contradictorios me parecéis los católicos con un simple barniz cultural tardofranqista.!
Las Postrimerías de Valdés Leal y el paso de la «canina» del Santo Entierro son dos alegorías: el primero sobre el triunfo de la muerte sobre la vida terrenal y lo que nos espera a todos los hombres sean de la clase social que sean; el segundo es el Triunfo de la Cruz sobre la muerte que representa la esperanza de la resurrección. Comer «huesos de santo» en la víspera de Todos los Santos es como comer torrijas en Cuaresma; es decir, una costumbre tradicional española y sevillana de todos los tiempos. No tiene más sentido religioso ni transcendente.
Con tu nombre y apellido no me extraña que los católicos te parezcamos incongruentes y contradictorios. Tu mente no da para más, Y lo del barniz cultural tardofranquista es una patochada tan grande que seguro que «tu jefe» te tira de los cuernos cuando te vea. Cuando Franco nació, la Iglesia Católica ya llevaba existiendo casi dos mil años y el carlismo tenía más de un siglo de vida. Vuelve a tu infierno y estudia, ¡pedazo de inculto!. Y ni estudiando podréis con nosotros.
Pues vale, prohibid también entonces los autos sacramentales, que salen muchos demonios y muchas muertes. En el fondo no sois muy distintos de los ilustrados. También ellos gutaban en llamar incultos a los que no pensaban como ellos.
El diablo cojuelo, por su oficio, debería saber que hay una diferencia substancial entre mostrar demonios de modo aleccionador sobre la acción del mal en el mundo -y el combate de los buenos contra ese mal-, y hacer alarde de «demonismo», y recrearse en la muerte y lo macabro presentándolo como algo positivo, que es justo lo que hace Haloween. El diablo cojuelo, por diablo, disfruta con Haloween, pero deberían repugnarle, si fuera aplicado en su oficio, aquellos actos o manifestaciones culturales, artísticas, etc. que muestran su rostro y el de sus compañeros para espanto y lección de los mortales. Porque uno puede explicar que lo malo es malo para que la gente no se adhiera al mal, o puede recrearse en la maldad y hasta darle culto, que es lo que al «señor Cojuelo» le encantaría.
«Jalogüin» es un síntoma, no la enfermedad.
El mundo moderno lleva dos siglos negando a Dios y ensalzando a Lucifer, ya sea de manera bella y culta (Leopardi, Shelley) ya de manera avulgarada (los Stones, los Led Zeppelin, las innumerables bandas de heavy metal, etc).
Dionisos nunca se fue. El Gran Pan nunca estuvo oculto del todo (acordémonos de la sorgin lecea de Zugarramurdi), pero la Cristiandad militante lo tuvo muy a raya. Ahora ha vuelto, jaleado por los enemigos de la Iglesia. Y forma parte muy importante de la cultura del final de Occidente.
Pero Luzbel siempre ha sabido actuar con astucia. Sin creer en él, millones de jóvenes y de adultos lo invocan. Jomeini, cuando decía que los EEUU eran el Gran Satán, no se equivocaba un pelo. La apología de los instintos, la pansexualidad, el aborto obligatorio, la destrucción de la familia y la increíble corrupción de las costumbres, todo eso viene de la Gran Meca liberal.
Hay le habéis dado. No se puede decir más claro.
Y aunque sea menos importante yo añadiría más motivos para rechazar la fiestecita y entre ellos la colonización cultural que nos están imponiendo los USA.
Que copien ellos de los Sanfermines o las Fallas. ¿Porqué tenemos ir como borregos a copiar sus Mc Donal y demás bazofia, si ese pueblo no ha creado nada bueno en el ámbito de la cultura.?
Cojuelo: Que parezcamos similares a los ilustrados es el objetivo fundamental de «tu jefe». Y aunque en parte lo está consiguiendo en gran número de personas, (los llamados «liberales de derecha», tipo PP, demócrata-cristianos, y demás ralea ligth), la esencia del catolicismo sigue y seguirá viva en España mientras que haya un católico convencido, formado y activista que defienda la Doctrina de Jesucristo y la Iglesia Católica. Tú querrías que todos fuéramos protestantes, anglicanos, evangelistas ó de cualquier otra religión escindida del catolicismo, pero, te repito: aquí sigues pinchando en hueso. ¿Que somos pocos los que pensamos y creemos así?. También eran pocos los que celebraban los primeros oficios religiosos en las catacumbas de Roma (y de eso sé yo algo…). ¿Que somos pocos los que defendemos al Papa y cumplimos los Mandamientos de Dios y de la Santa Madre Iglesia?. Ya lo dijo Jesucristo en el Sermón de la Montaña: «Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos». También dijo aquello de «Quien no esté Conmigo está contra Mí». ¿Todavía no te has enterado, esbirro del demonio?. Has tenido tiempo para ello desde entonces.
Te repito: vuelve a tu infierno y verás la que te espera cuando «tu jefe» se entere de la que te han dado los carlistas.
Trajano, tú perseguiste a los cristianos.
También los persiguió San Pablo y fíjate después donde llegó. Apártate de mí Satanás porque está escrito: «Sólo al Señor, tu Dios, adorarás y rendirás culto». Me parece a mí que tú, aunque te caigas del caballo, no dejarás de pinchar con el tenedor.
Cojuelo, más vale que te cambies de blog.Creo que con la ayuda de Dios, aquí tiens poco o nada que hacer.
Déjalo, Margarita Sevillana. ¿No ves que cuanto más entre y opine en este foro más leña se le dá?. Esto es de lo más divertido… Debe ser un «diablillo» de segunda.
Es el diablo cojuelo, uno de los más ridículos que hay. Uno de los más conocidos, y el hazmerreír de los exorcistas, y ahora también de los carlistas andaluces. Don Cojuelo, amigo, nos encanta tenerle entre nosotros. No se marche, por favor.