En estos momentos por los que atraviesa España donde ya nada es verdad ni es mentira, día a día nos encontramos con múltiples contradicciones; es más, podríamos decir que vivimos inmersos en una auténtica contradicción. Nos referimos en esta ocasión a la actitud demostrada por Don Juan Carlos de Borbón con motivo de la celebración del día del Apóstol Santiago, (por cierto, Patrón de España). De chaqué, su esposa de mantilla, accediendo a la Catedral de Santiago por el Pórtico de la Gloria, asistiendo a la Misa celebrada en honor del Apóstol, haciendo la Ofrenda de España al Santo y dándole el tradicional abrazo en señal de gratitud por las Gracias concedidas a lo largo de la Historia de esta Nación. Pidiéndole Su intercesión ante Dios nuestro Señor “para que España se sobreponga a las dificultades y resuelva los problemas” que sufre e implorándole que “ilumine a las autoridades para que sirvan con generosidad al interés general y favorezcan siempre la cohesión y el entendimiento entre todos”.
Hasta aquí todo correcto. Hasta aquí parecería que su actitud responde a la actitud de cualquier Rey Tradicional de España. Hasta aquí, cualquier desconocedor de la reciente Historia de España podría calificar, (como antes se hacía), a Don Juan Carlos como “Su Católica Majestad”, pero no nos engañemos. El historial del que algunos llaman “rey” es digno de estudio. Perjuro en sus tiempos mozos, no ha dudado en firmar leyes que atentan contra la tradición española (la que los liberales llaman “Carta Magna” y la “Ley de partidos”) contra la familia (sucesivas leyes del divorcio), contra la moral (“matrimonios de parejas homosexuales), contra la vida (sucesivas leyes del aborto), y así podríamos continuar indefinidamente. Todas estas leyes han sido firmadas y sancionadas por convencimiento, por interés, por miedo ó vaya Vd. a saber por qué por el que quiere autodenominarse “rey de todos los españoles”.
¿Y con este “curriculum” viciado desde la cuna quiere ser llamado Rey? Modelos tuvo a lo largo de toda la Historia de España. Modelos los ha podido tener recientemente en el Rey Balduino de Bélgica que se negó a sancionar leyes contra natura, pero no. No se da cuenta que por satisfacerse a sí mismo, por satisfacer a la clase política liberal y por satisfacer la memoria de su usurpadora rama dinástica ha defraudado y traicionado de plano al pueblo español. A los republicanos por antimonárquicos, a los monárquicos por liberal y a los indecisos por incongruente. Él solo, con su actitud descafeinada y “camaleónica” está ayudando a defenestrar una institución que sólo es legítima desde su propia raíz semántica (regir = reinar = gobernar). Sólo queda mirar al Cielo y seguir pidiendo a Dios que vuelva el REY de España a la Corte de Madrid…
Un Monárquico
Lo de la vela a Dios y al diablo…..y cuando llegue el momento se marchará «para no ver derramar la sangre…. » pero su patrimonio bien enriquecido -eso si-, si meditara siquiera un poco sobre la responsabilidad que tiene y que Dios le pedirá sobre el papel que ha tenido en la tierra, si meditara quizás´, bueno no se si cambiaría
Pingback: Anónimo
Puede que sea contradicion, pero es algo tan antiguo como los mandamientos. Eso se llama tomar el Nombre de Dios en vano.
Desde que la Monarquía dejó de ser Tradicional para convertirse en «parlamentaria ó constitucional», la Corona no pinta nada en España. Son meros firmantes de papeles que la clase política, (en su mayoría masones) les pone por delante. Con esto se contentan a sí mismos creyendo ser «reyes», contentan a los políticos que saben que tienen carta blanca para hacer y dehacer cuanto les apetezca y contentan a determinado sector del pueblo que se siente «orgullosísimo» del «rey» que tiene, de su cercanía, de su sencillez y de su representatividad. Con eso, «todos» contentos.
Ya hemos visto divorciarse a un miembro de esta que llaman «familia real». ¿Veremos abortar a alguien de esa familia?. ¿Se «casará» algún miembro de esa familia con alguna persona de su mismo sexo?. El tiempo lo dirá, pero, de momento, «venga niños, vamos a ir engordando la saca» por si viene la república y nos tenemos que ir a Roma como el bisabuelo. Lo que todavía no se creen es que si llega el momento, tendrán que hacerlo por su propia conducta y solos porque fueron ellos los que realmente dejaron solo a lo más genuino de la tradición española.